NO BUSQUES SOLUCIONES NI “PROPÓSITOS”, SOLO CURSA EL PROCESO




Hay anhelos resolutivos en relación con los conflictos que son sumamente sutiles, como por ejemplo la necesidad de ver (el querer ver) el propósito al conflicto.

En este sentido, es fácil que se acabe entrando en fantásticas interpretaciones y cuadraturas “lógicas”. Sin embargo, el tema es mucho más sencillo (no para el diseño, sí para aquel que se ubica en la propia antena biológica): El propósito -para el desdoblado- es un tema, en primer lugar, de asumido (asumir un propósito abstracto para toda experiencia lineal, desde una finalidad Tierra y teniendo unas mínimas nociones de espacio-tiempo), y, en segundo lugar, es un tema de PROCESO; es decir, el conflicto ha de ser abierto, transitado, reconocido cuadro a cuadro, sin prisa, aspecto por aspecto, movimiento por movimiento, elemento implicado por elemento implicado; y por más instantes de claridad que pueda haber, solo va a ser en retrospectiva que podamos ver con cierta perspectiva, porque no es suficiente con observar un conflicto desde una perspectiva en Y, sino que es imprescindible mirarlo también desde una perspectiva en X (que para eso es que abrimos un tiempo lineal), y ello conlleva PROCESO.

Cuando se quiere solucionar un conflicto (algo que puede camuflarse muy bien en una supuesta visión de propósito, que al final acaba siendo un acomode forzado de diseño, con sus buenas dosis de polarización encubierta) se está interfiriendo en su natural desenvolvimiento, y se está perdiendo el foco respecto del PROCESO, para andar con la cabeza puesta en resultados (que no son más que interpretaciones de resultado, no el resultado real que va a darse, cuando se dé). Por eso los conflictos se repiten y se repiten, por estas inercias resolutivas, y por ello todos esos “querer solucionar” el conflicto, “querer que finalice” el conflicto, e incluso “querer ver” el sentido de propósito al conflicto, son realmente negaciones del conflicto mismo y, por tanto, son parte consustancial de él, de modo que han de ser vistos y considerados como aspectos intrínsecos al nudo conflictivo, como interferencias que informan de una estructura lógica que está llamando a ser reconocida, a través de una realidad de contexto que se comunica con cada receptor mediante un PROCESO.


 Sácale el proceso al conflicto y te encontrarás con la clave de la negación (manipulación) del conflicto:


CONFLICTO (100) – PROCESO (96) = 4

Elena Garcia Toro
Fuente: Observandonos


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