Construyendo la Comunidad, estrechando la brecha






Es oficial, el lunes 16 de marzo del 2015, el evento astrológico final y más importante de la década – la última cuadratura entre Urano y Plutón – nos escoltó hacia la Era de Acuario, el tiempo en el cual el conocimiento de nuestra unicidad está destinado a imponerse sobre el temor de nuestras diferencias.
Una Era en la cual grupos de iguales pueden encontrarse y vincularse a una red de almas dirigidas hacia el futuro brillante.
Aquí durante las últimas siete cuadraturas formadas entre estos planetas, se echaron los cimientos para el cambio mundial.
Es tiempo de creer una vez más que el mundo puede cambiar,  así que pueden encontrar su papel en los grandes cambios de nuestro tiempo. Es tiempo de reunir los corazones abiertos y las almas afines de todas las edades para restablecer el equilibrio en este mundo. 
La revolución en consciencia que surgió durante la conjunción de Urano y Plutón en la primavera del 1966, comenzó a transformar ideas obsoletas de segregación hacia la unidad de la unicidad. Nos erguimos en todo el mundo y desafiamos la intolerancia y el temor en las artes, la literatura, la música, la educación, la salud, la espiritualidad y la política.
Ahora, durante la cuadratura final, es tiempo de erguirnos de nuevo y desafiar las formas de pensamiento obsoletas y las estructuras de poder de nuestro tiempo, que todavía mantienen el dominio de los pocos sobre los muchos. Es tiempo de unir su propia consciencia creciente del corazón con la ola de consciencia que avanza barriendo a lo largo de todos los países, estados y poblaciones.
Cuanto descarten las razones para no ser el amor y la verdad que son, ustedes se desconectan de la máquina.
Cuando su conocimiento de la unicidad vence su temor de la diferenciación, ustedes se apropian del inmenso poder de las siete cuadraturas para echar abajo las paredes que nos mantienen separados.
Cuando se atreven a creer que están aquí para seguir a su verdad interior de pronto conocen cuántos otros están haciendo la misma cosa en todo el mundo, vinculados no sólo por los medios y la tecnología, sino por una percepción instintiva de que la verdad del corazón es una idea cuyo tiempo ha llegado y que no hay realmente razón alguna para retenerla.
Mark Borax




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